Guardar

La huérfana don Tomas Povedano Grabado en mi memoria quedará, para siempre, su recuerdo. Yo no puedo olvidar su triste historia. Camino por el mundo, en él me pierdo veces, y a pesar de que han pasado tantos años, mi alma no consigue olvidarla jamás. Ella me sigue al través del fantástico nublado de mi vida. La suya fué muy breve: un lustro no contaba todavía cuando la sorprendió la muerte aleve.
Era una tarde semi oscura y fría, y su blanco ataúd, como de nieve, sobre el negro camino relucía, porque ya el resplandor de alguna estrella, con su pálida lumbre iluminaba los contornos de aquella procesión singular. Yo, que pasa ba.
me detuve mirarla con tristeza: la formaban los cuatro campesinos y un perro, que, marchando a la cabeza.
parecía olfatear los purpurinos ras ros del sol, ya en últimos fulgores, que, haciendo de la tarde su paleta, sobre el suelo, las nubes y las flores, daba un último toque de violeta.
2008

    Notas

    Este documento no posee notas.