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De Blanco REMEMBER en la morte de la señorita Maria Esquivel a a Je ne rur pas mourir encore dijo el pocta, y eso mismo diría aterido el corazón de María, cuando vió a la pálida acercarse silenciosa su lecho de virgen.
Ah no. yo no quisiera morir todavía, porque soy joven y bella y siento en mis venas la sangre que circula, como corre la savia en las flores cuando comienza la primavera.
Yo no quisiera morir todavía, porque soy amada de mis padres, de mi novio y de mis amigos y la vida ine llama con afán para decirme que soy joven y bella.
Pero no pudo ser, pues aunque tú te asías a la vida con ansia febril, la muerte, la pálida, te asechaba en los rincones, y un dia que te descuidaste, el puñal en el corazón.
Ah! dulce niña exangüe, tú casi no has vivido, por eso exclamabas con el poeta: Je ne veux pas mourir encore! su entierro fueron todas las rosas blancas, sus hermanas, pues la sociedad de sus amigas le acompañaron en coro, para depositar sus lágrimas y siemprevivas, sobre su tumba adornada de violetas blancas, símbolo de lo que fue su vida Fajaljit ra te 0aez Un angel más za (Con motivo de la muerte de María Esquivel Fábrega)
га ue 10, Aquella mañana fué de verdadera fiesta en el Paraíso. Angeles y querubes, con trompetas y salterios, lanzaban al aire sus alegres notas. Las puertas del cielo se abrieron de par en par y por ellas se lanzó todo aquel ejército celeste guiando un blanco y alado carro.
Hendiendo los aires azulados volaban en tropel, cuando de pronto vieron que, llegando de la Tierra, subía lentamente, envuelta en gasas y Hores, una niña blanca y hermosa. Por ella salieron los ángeles. La tomaron, subiéronla en el albo carro y al compás de la dulce y arrulladora música emprendieron todos el camino del Paraíso.
Llegaron al cielo, y en el Libro de Oro de las inscripciones de las almas bellas y buenas grabaron el nombre de Maria, al son de bellísimos y sonoros Himnos.
Antonio Argüello Marso de 1907 2157

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