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El carácter americano patria y en la fiereza que ella les inspi nacional lo que actualmente es falso ba. estainos muy obligados (sobre to reconocer que tienen una inanera cas En política. en fin. Mr. Brander dos Unidos no son inferiores los otro grienta guerra de ceseción, dice, los nuuca las confiscaciones y el impío des Sin embargo, como conclusióti.
que sus compatriotas y él mismo, estár este fiu siempre intangible. Tienen un justos virtuosos. Pide su auditori las críticas, exageradas sin duda. del no sean solamente personas bien educa 110mbres conscientes de todas las nobles porta.
Un amigo a quien estimamos, nos ha carta que recibió de la República Argentina publicista que prepara una obra sobre Amér Buenos Aires, 10 de enero de 1997.
Señor Don El diario de la Universidad de Nueva York, publica como primer artículo un discurso pronunciado por Mr. Brander Matthews ante una de las 112inerosas asociaciones de la joven y muy concurrida universidad. Esta exposición» vale la pena de ser estudiada: en efecto, dice la Recue Pedagogique ella muestra lo que piensan los americanos del norte de sí misinos.
Tolstoi estima que los Donkhobors, vueltos voluntariamente la época primitiva, han alcanzado vida perfecta. Un periodista parisien tuvo ma entrevista con el escritor ruso. para preguntarie cuál era, según él. el pueblo más alejado de esta perfección material y moral. No ie pensado jamás en semejante cuestión. dijo Tolstoi, y no sabría responderos Sobre esto. Le Francus cuyo nombre es tan poco conocido que Mr. Brander Matthews prefiere 110 nombrarlo. propuse clasificar los americanos como la más indigna de las naciones. por que? preguntó Tolstoi. Porque, agregó el periodista. los americanos son un pueblo terriblemente práctico, ávido de placer o sistemáticamente hostil a todo idealisino.
La ambición de todo corazón americano es el dinero: encuentra sobre todo, delicias en adquirirlo y poseerlo, nás aun que en servirse de él. Además los ainericanos se han vuelto, sin utilidad, sin necesidad, siu herencia belicosa, imperialistas y amantes de la guerra. Mr. Brander Matthews admite que los americanos son terriblemer. te prácticos y que su placer más grande es, en efecto, la ganancia, pero no por avaricia. En los Estados Unidos, casi no se ven hombres que habiendo hecho fortuna se retiren de la lucha por la vida y se encierren en una ociosidad dorada y más o menos sensual. El americano persiste en ganar, para tener la grande alegría de dar. No tiene afición, en efecto, de fundar fortunas de familia y por consiguiente instaurar castas, aun ignoradas en su país.
El americano no es. pues, tan ávido de placer conto se complacen en representarlo, pero busca el esfuerzo y por rico que sea no puede consentir el descanso definitivo, que él mira como una decadencia, cuando no como una inerte anticipada. Descendiente de aventureros llegados de todas partes del viejo mundo, no puede admitir na existencia sin riesgos.
Ahora que los indios están definitivamente reducidos. está demasiado tranquilo en su casa, y la guerra con España destinada a asegurar la independencia de poblaciones vecinas y afirmar también la supremacía de los americanos del norte sobre el conjnnto del nuevo coutinente, no es inás que una primera manifestación exterior de esos instintos belicosos que teníamos la culpa de ingnorar.
Un pueblo que ama la lucha no puede escasearle ideal. También los americanos ponen pasión en el amor que tienen por su floreciente 2390 Ha becbo muy mal en varme face tenemos hambre de aprender, no nos detien ciar ese apetito.
Los Boletines sobre Agricultura y Ense si no pecara de abusador, rogaria V. inflı números atrasados, y sería fácil obtener la No sucede asi, me parece, con la esplés Esa publicación está demostrando el grado tran, y es de precioso valor para el conocimie tentrional, Insular y Meridional: y si yo sul forma de enviarlo, no faltaria en mi bibliote Con todos los antecedentes que dejo Costa Rica como si viviera en ella.
Mis más afectuosos agradecimientos, y lo saluda con toda estima y con la consideracie (Calle Salguero, 2170)
Buenos Aires.

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