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Como se rompe im nudo Narración historii cuál fue el tio. No esta en el fin el interés del sin conocer los caminos que se siguieron más que un acto vulgar, legitimo o mostraría el temperamento moral del temperamento, o mejor dicho, para adm si ustedes tienen bien sirme, sin interr ta, les contare un cuento histórico o, si citenta, dejando a ustedes en liberta tirla.
Venga el cuento o la historia, y bocas y pregamos nuestras lenguas. Oiscan, pues Carlitos Millán era un buen muc bra. Tenia, siendo rico y ocupando un da, las cualidades peculiares de los mode guapo y elegante no le habia pedido, cosa El salón del balneario estaba aquella poche más concurrido que de cosumbre. Junto al piano veiase grupo de tres jóvenes, dos ellos y una dila que pedían con insistencia a otro sentado al instrumento algun niñera lirico Lailable.
En uno de los testeros del salón hallábanse enfrascados en conversación tirada varios caballeros y señoras, ya de clad madurn, padres y madres. probablemente, delenjambre de pollos pollas, que en parejas y stupitos, pasealan lo largo dei local en espera de resultado de la misión diplomática que habia llevado al piano los tres plenipotenciarios. Que ésta obtuvo completo éxito lo probó el preludio de un aimaso vals, cuyos acordes tuvieron el dón de despejar el centro del vasto salón haciendo que se recogieran hacia sus cuatro lados los que no quisieron no podían rendir homenage In traviesa diosa: y cerca de una de las puertas que deben acceso al parque del establecimiento arrellanándose cómodantente en otras tantas mecedoras, se situaron cinco individuos que, juzgar por la poca atención que prestalan lo que en el salón ocurría, debían ocuparse de alguio grave asunto que la absorbia por completo.
El que de los cinco aparentaba más edad, sin que esto quiera decir que fuera viejo, oía en silencio la animada charla sie los otros cuatro qoe, con ribetes de discusión, no traspasaba empero los límites de amistosa, aun cuando alguno de ellos la sostenía con marcada viveza.
En realidad el asunto se prestaba. Tintábase, mejor dicho, comentábase un suceso ocurrido no hacia muchos días y que después de ser la comidilla obligada de todos, habia ya pasado a la categoria de hecho histórico al alcance de todas las criticas, sirviendo de sabrosa tesis para todas las opiniones. For el tal, la forma precipitada con que había tenido que dejar aquel estableciniento, de salud de recreo, una señora obligada por la actitud, un tanto violenta, tomada por su marido, si poco tranquilizadora para la dama, en extremo elocuente y persuasiva para un joven banista que, excesivamente amable, habia tomado demasiado pechos e distraer y acompañar a aquella durante las for zadas ausencias del esposo.
El asunto se prestaba a toda clase de cousideraciones y de una en otra se habia venido plantear el eterno problema del adulterio, y la más justa manera de castigarlo, en la mujer, por supuesto temperamentin e saciones se habían expuesto, eran para todos los gustos y caritativo y generoso perdón: amigables contemporizatoras: de gradual violencia, sin llegar al drama. y no faltó quien preconizara la santa filosofía de la ignerancia como la más en armonia con la paz y tranquilidad domésticas. Se expusier la multitud causas y razones que pueden atentar el adulter femenino y se buscó explicación, casi plausible en alguna de ellas, elevándolo a la categoria de abrogación y sacrificio cuando la brutal necesidad lo imponía. Las razones se repetian: las opiniones se acentualan; pero no habia posibilidad de ballar in junto de coincidencia, pues por sabido se calla que en ese vidrioso asunto, como en otros muchos habla siempre más la costumbre.
la rutina y el temperamento que la razón, la kigica y la justicia.
Se hizo, por fin, una pequeria pausa y en ella, el más viejo o menos joven del grupo, callado hasta entonces, dijo: Yo sé de quien, por extraño que parezca, puso en práctica meclios excepcionales para cortar ese nudo goriliano, que se llama matrimonio, cuando el enredo de la madeja hace imprescindible cl uso de las tijeras. Cómo fue eso. Excepcionales, dice usted. Si: excepcionales. lo menos por los procedimientos enzpleados para llegar al fin.
Fot. Mora Una vista en el pue locuras que es generalmente la de los que Tentud y su dinero Afable, pero serio: generoso pero cuando se casó, más aventuras galantes que dos los me dejan adicinar por su trato y el bolsillo. No creía en las pasiones, por sostertor con calma y parsimonia que la pas rácter, y olvido, las más de las veces, de la Tomaba el amor en el sentido que se mo una necesidad corporal semejante al ha 2c350 su firmie voluntad, no lo llevaron nur disipación, parece que forman parte integr que generalmente son adoptadas por la ma distinguidos.
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