Guardar

1. Aquella época de la Evangelización en nuestras tierras, que tan decisiva ha sido en la formación de la Amtica Latina, tras un ciclo de establlización, cansancio misionero y rutinarismo, fue seguida por las grandes crisis del siglo XIX y principios del nuestro, que provocaron persecusiones y amarguras a la Iglesia sometida a grandes Incertidumbres y conflictos que la sacudieron hasta sus cimientos. Venciendo esta dura prueba, la Iglesia logró con poderoso esfuerzo reconstruirse y sobrevivir. Hoy, principalmente, a partir del Concillo Vaticano Il la Iglesia se ha ido renovando con dinamismo evangelizador a la escucha de las necesidades y esperanzas de los pueblos latinoamericanos. La enregla, que convocó a sus Obispos en Lima, México, San Salvador de Bahía y Roma en pasados siglos, se manifiesta activa en las Conferencias del Episcopado Latinoamericano en Río de Janeiro y Medellin que activaron sus energías y la prepararon para los retos futuros.
Desde Medellin, con la firmeza de su misión, abierta lealmente al diálogo, la Iglesia escruta los signos de los tiempos y está generosamente dispuesta a evangelizar para asi contribuir en la construcción de una nueva sociedad más justa y fraterna, clamorosa exigencia de nuestros pueblos. De tal modo tradición y progreso, que antes parecían antagónicos en la Amtica Latina, restándose fuerzas mutuamente, hoy se confjugarn, buscando una nueva sintesis propia que reúna las potencias del porvenir con las energías que nos vienen de nuestras raíces comunes.
Así en este vasto movimiento renovador que Inaugrua una nueva época en la América Latina, en medio de los recientes desafíos, los pastores retomamos la secular tradición episcopal de la América Latina, y nos preparamos para llevar, con esperanza y fortaleza, el mensaje de salvación del Evangelio a otodos los hobre, pero preferencialmente a los más pobres y olvidados.
610. El hombre latinoamericano tlene una tendencia Innata de acogida a las personas, de compartir lo que se tiene con otro, de caridad fraterna y desprendimiento particularmente entre los pobres; de sentir con el otro la desgracia en las necesidades.
Valora mucho los vínculos especiales de la amistad nacidos del padrinazgo, la familia y los que crea. 11. Ha tomado cada vez más conciencia de su dignidad, de su de seo de participación política y social a pesar de que esos de rechos en muchas partes están conculcados. Han proliferado las organizaciones comunitarias como de centros de madres, movimientos cooperatistas. sobre todo, en sectores popula.
res. 12. Hay un creciente interés por los valores autóctonos y por respetar la originalidad de las culturas indígenas y de sus comunidades. Además, hay un gran amor a la tierra. 13. Nuestro pueblo es joven y donde ha tenido oportunidades para capacitarse y organizarse han mostrado que se puede supe.
rar y también obtener sus justas reivindicaciones. 14. El avance económico significativo que ha experimentado el continente demuestra que sería posible desarraigar la extrema pobreza y mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo; si esto es posible, pasa a ser una obligación. Se observa un crecimiento de la clase media, aunque en algunas partes ha sufrido un deterioro. Son claros los progresos en la educación. 15) d) Pero en nuestros múltiples encuentros pastorales con nuestro pueblo, percibimos también, como lo hizo el Santo Padre Juan Pablo Il en su acercamiento a campesinos, obreros, estudiantes, el profundo clamor lleno de angustias, esperanzas y aspiraciones al que nos queremos hacer voz: la voz de quien no puede hablar o de quien es silenciado. Camp. Oaxa.
ca, Juan Pablo II. Así nos situamos en el dinamismo de Medellin (cf. 14, cuya visión de la realidad asumimos y que fue inspiración para tantos documentos pastorales nuestros en esta década.
Pablo VI resumió lúcidamente esta realidad de nuestros países como constatación:. hambres, enfermedades crónicas, analfabetismo, depauperización, Injusticia en las relaciones internacionales y especialmente en los intercambios comerciales, si.
tuaciones de neo colonialismo económico y cultural, y a veces tan cruel como el político, etc. y como farea evangelizadora:. el deber de anunciar la liberación de millones de seres huma.
nos entre los cuales hay muchos hijos suyos; el deber a que naz.
ca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea total. EN 30. la luz de este enfoque de liberación integral, miramos la década desde Medellín a Puebla como años de cambio, frustraciones y contrastes. través de una rica experiencia histórica, llena de luces pero también de sombras, la gran misión de la Iglesia ha sido su compromiso en la fe, con el hombre latinoamericano. Con su salvación eterna, con su superación espiritual y con su plena realización humana.
Movidos por la inspiración de esa gran misión de ayer, queremos aproximarnos con ojos de pastores y corazón de cristianos a la realidad del hombre latinoamericano de hoy, para interpretarlo y para comprenderlo a fin de partir de esa realidad para analizar nuestra misión pastoral. VISION PASTORAL DEL CONTEXTO SOCIO CULTURAL Compartir las angustias Introducción a) Como pastores peregrinamos con el pueblo latinoamericano a través de nuestra historia, con muchos elementos básicos comunes, pero también con matices y diferenciaciones propias de cada nación. partir del Evangelio que nos presenta a Jesucristo que hace el bien y ama a todos sin distinción, y con una visión de fe, nos ubicamos en la realidad del hombre latinoamericano, expresada en sus esperanzas, sus logros y sus frustraciones. Esta fe nos impulsa a discernir, ias interpelaciones de Dios en los signos de los tiempos; de dar testimonios, a anunciary a promover los valores evangélicos de la comunión y de la participación; y a denunciar todo lo que en nuestra sociedad va en contra de la filiación que tiene su origen en Dios Padre y de la fraternidad en Cristo Jesús.
b) Como pastores discernimos los logros y fracasos en estos Últimos años. Presentamos esta realidad no con el propósito de causar desaliento, sino para estimular a todos los que puedan mejorarla. La Iglesia en América Latina ha tratado de ayudar al hombre a pasar se situaciones menos humanas a más humanas (PP20. Se ha esforzado por llamar a una continua conversión individual y social. Pide a todos los cristianos que colaboren en el cambio de las estructuras injustas y comuniquen valores cristianos a la cultura global donde viven, y conscientes de los logros obtenidos cobren ánimo para seguir contribuyendo a más y mejores logros.
c) Enunciaremos, con alegria, algunos de estos logros que nos llenan de esperanza. 16) a) Nos preocupan las angustias de todos los miembros del pueblo cualquiera que sea su condición social: su soledad, sus problemas familiares, su falta de sentido de la vida. Más especialmente queremos compartir hoy las que brotan de su pobreza. 17) Vemos a la luz de la fe, como un escándalo y una contradicción con el ser cristiano la creciente brecha entre ricos y pobres (Cf.
Juan Pablo II, Disc. Inaugural No. El lujo de unos pocos se convierte en insulto contra la miseria de las grandes masas (PP. Esto es contrario al plan del Creador y al honor que se le debe. En esta angustia y dolor, la Iglesia discierne una situación de pecado social, de gravedad tanto mayor por darse en países que se llaman católicos y que tienen la capacidad de poder cambiar:. que se le quiten barreras de explotación. contra las que se estrellan sus mejores esfuerzos de promoción. Juan Pablo 11, Oax, Campesinos. 18) Constatamos, pues, como el más devastador y humillante flagelo, la situación de inhumana pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada por ejemplo en salarios de hambre, el desempleo y subempleo, desnutrición, mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud, Inestabilidad la.
boral. 19) b) Al analizar más a fondo esta situación, descubrimos que esta pobreza no es una etapa transitoria: sino que es el producto de situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas, que originan ese estado de pobreza, aunque haya también otras causas de la miseria. Estado interno en nuestros países que en

    Notas

    Este documento no posee notas.